Fuente: La Voz de Galicia (30/01/2013)
La orden judicial para derribar una vivienda en Lamas, Becerreá, ha provocado, además del enojo entre el vecindario y el insomnio del propietario, José Luis Díaz, un conflicto entre la Policía Autonómica y la Guardia Civil. La Unión de Gardas Civís denuncia presiones a los agentes de Becerreá por parte de la Policía Autonómica por no colaborar, supuestamente, en el operativo montado el pasado día 16 para ejecutar el derribo. Los vecinos del municipio y el PSOE y el BNG ya mostraron su apoyo a los guardias.
Según explica el secretario xeral de la Unión de Gardas Civís, Manuel Mato, la Policía Autonómica llegó el día 16 sin avisar al Concello ni a la Guardia Civil. Una vez allí solicitaron su presencia para multar a un coche mal estacionado, y así lo hacen. El problema, continúa Mato, es que el jefe del operativo les pidió después que denunciasen otros seis vehículos estacionados en la zona: «Querían meter polo camiño un camión moi grande para o derribo, e non lles collía polos coches. O que pasa é que eses vehículos estaban ben estacionados, así que nos negamos», continúa.
Entonces, explica la UGC, el jefe del operativo se enfadó y días después les reclamaron el número de placas de los agentes de Becerreá. Además, el pasado jueves recibieron una llamada del inspector de la Policía Autonómica: «Díxonos que estaba recibindo presións dos seus superiores e que ía dar conta para que se proceda disciplinariamente contra os gardas civís», añade Mato.
El secretario xeral de la UGC insiste en que la actuación de la Guardia Civil fue «escrupulosa e correcta» y añadió que la filosofía es distinta en los pueblos y en las ciudades: «Nas aldeas hai máis convivencia e inténtanse arranxar as cousas falando antes que chamando á grúa; neste caso, ademais, pedíannos que denunciaramos algo que non é denunciable», comenta. El alcalde, Manuel Martínez, defendió la actuación de los agentes de Becerreá.
---------------------------------------------------------------------------------------------
Guardias civiles defienden su actuación ante el derribo de una casa en Becerreá porque no son "sicarios de nadie"
Fuente El Correo Gallego
El secretario general de la Unión de Guardias Civiles, Manuel Mato, ha manifestado este martes que no son "sicarios de nadie", defendiendo así la actuación de los agentes ante el derribo de una casa en la localidad luguesa de Becerreá, que pretendía ejecutar la Policía Autonómica el pasado 16 de enero.
Miembros de la asociación, junto con el teniente de alcalde, Claudio Vázquez, y el portavoz del BNG, Ovidio Montaña, defendieron la actuación de los agentes que fueron requeridos, y a los que se les pidió que sancionaran los coches que se encontraban en la calle en el momento en que se iba a proceder a la demolición.
Sin embargo, los vehículos estaban "bien" estacionados, según han indicado, y lo único que impedían era el acceso de "la góndola" para proceder al derribo, a instancias de la Xunta de Galicia.
Así, Mato relató como desde el puesto de Becerreá se contactó con el propietario de uno de los vehículos, al que se invitó a retirar el coche, pero en ese momento no podía.
Esta asociación de guardias civiles responsabiliza de haber provocado "una revolución social" en el Ayuntamiento al inspector de la Policía Autonómica, después de que prácticamente todos sus vecinos respalden al afectado.
A su vez, y al igual que hace el Ayuntamiento, la UGC denuncia que ni se avisó al gobierno local, ni a la propia Guardia Civil del derribo de esta casa en situación irregular, según sostiene la Xunta.
El teniente de alcalde, Claudio Vázquez, ha constatado que en el municipio "un setenta por ciento" de las casas se encuentra en la misma situación, lo que, según ha precisado, se corregirá inmediatamente con la aprobación del plan general.