Fuente: La Voz de Galicia (21/07/2009)
El yacimiento arqueológico de Becerreá es investigado por la hija de un vecino que lo descubrió en los años 50. Los valiosos yacimientos arqueológicos de la cueva de Valdavara, en Becerreá, donde se lleva a cabo por tercer año consecutivo una campaña de investigación en la que colaboran la Universidade de Santiago y la Universitat Rovira i Virgili de Tarragona, fueron descubiertos ya a finales de los años 50, pero el hallazgo pasó desapercibido para la comunidad científica hasta tiempos muy recientes. Los sondeos sistemáticos que comenzaron en esta gruta caliza en el verano del 2007 |
han sacado a la luz una de las estaciones arqueológicas más notables que se conocen en la montaña lucense, en la que se conservan testimonios de los poblamientos humanos del Paleolítico Superior, el Mesolítico, el Neolítico y la Edad del Bronce.
La existencia de este yacimiento fue descubierta en su día por Carmelo Alonso, un vecino de Becerreá aficionado a la arqueología que entonces contaba 18 o 19 años. La codirectora de las actuales excavaciones, Susana Alonso, es precisamente la hija del descubridor -delineante de profesión-, quien durante mucho tiempo guardó en su casa los artefactos y los huesos que encontró entonces en la cueva.
El hallazgo solo fue conocido por unas pocas personas hasta que Susana Alonso, entonces estudiante de la Rovira i Virgili, mostró los materiales localizados por su padre a Eudald Carbonell, profesor de esta universidad y codirector de las excavaciones de Atapuerca. «Carbonell me puso en contacto con gente que investiga yacimientos de estos períodos cronológicos y me dijo que me ocupase yo misma de las excavaciones cuando me hubiese licenciado, que es lo que estoy haciendo ahora», explica la arqueóloga, que en la actualidad prepara su doctorado.
Refugio de guerra
El nombre que dieron los arqueólogos a la cueva, por otra parte, procede de un episodio de la historia reciente que Carmelo Alonso recogió de la tradición oral local. «Los vecinos cuentan que un zapatero conocido como Benjamín de Valdavara vivió refugiado en la cueva durante la Guerra Civil y que incluso se trajo sus instrumentos para seguir trabajando mientras se escondía de la persecución política», señala la investigadora. «No tenemos totalmente comprobado que esta historia fuese cierta, pero eso es lo que dice la gente. Nosotros no encontramos ningún rastro de la supuesta estancia de Benjamín en la cueva, pero mi padre ya decía que él se preocupaba mucho por pasar totalmente desapercibido y por no dejar ninguna huella», añade.
«Mi padre visitó la cueva con un amigo y encontró las primeras piezas en una madriguera de conejos»
Entrevista | Susana Alonso | Codirectora de las excavaciones de Becerreá
Nacida en Madrid de padres becerreenses, Susana Alonso codirige las excavaciones de Valdavara junto con Manuel Vaquero, profesor de la Universitat Rovira i Virgili.
-¿Cómo llegó a localizar su padre este yacimiento?
-Él recorrió de joven todas las grutas que hay en esta zona. La la cueva de Valdavara la visitó con un amigo del pueblo, Juan Méndez, que ya ha fallecido, y se encontraron con una madriguera de conejo en la que había alguna pieza de sílex. Mi padre cavó después un agujero en la entrada de la cueva con la ayuda de ese amigo y de otra persona y encontró varios piezas arqueológicas y algunos restos humanos. Él quería estudiar arqueología pero por circunstancias de la vida no pudo hacerlo y casi nadie se enteró de su hallazgo. Él conservó esos materiales en una caja y allí estuvieron guardados hasta que yo se los mostré a Eudald Carbonell en la universidad de Tarragona.
-¿A qué epoca pertenecían los materiales que halló en esa excavación improvisada?
-Aunque cavó muy poco, consiguió alcanzar varios niveles del Pleistoceno y del Holoceno, es decir, de antes y después de la última glaciación. Obtuvo muestras prácticamente de toda la secuencia cronológica que hemos conseguido reconstruir hasta ahora en la cueva. Encontró piezas de sílex y de cuarzo, restos de cerámica, huesos...
-Estará satisfecho de que su hija esté investigando hoy lo que él descubrió hace medio siglo.
-Sí, está muy contento de que se excave por fin este yacimiento e incluso vino a ayudar en los sondeos cuando empezaron los trabajos.
-¿Es posible que haya yacimientos arqueológicos comparables al de Valdavara en las demás cuevas de la zona que visitó su padre?
-¡Y tanto que es posible! Esta es una zona que ofrece un interés muy especial para este tipo de investigaciones, porque todas las grutas que hay por aquí son de roca caliza y por lo tanto pueden contener restos biológicos de épocas prehistóricas, lo que no ocurre en otras partes de Galicia. De hecho, en el proyecto preliminar de investigación de los yacimientos paleolíticos que coordina la Universidade de Santiago están incluidas otras dos cuevas situadas en esta zona. Aún no sabemos cuándo se podrán hacer sondeos en esos lugares, pero de momento ya tenemos mucho trabajo por delante con todo lo que hay que investigar en Valdavara.