Fuente: 28/01/2012 - La Voz de Galicia - Benígno Lázare.
"Urtain era un mal boxeador pero unha persoa marabillosa"
Los toros y e el boxeo, que practicó como aficionado, también le aportaron famosas amistades. En el campo amateur, torero, boxeador, algo camorrista y vividor. Parece la estrofa de una canción de Julio Iglesias pero la vida de Zósimo Orol Fraga es el guion de un personaje de una novela de Raymond Chandler salpimentado con mucho humor; o mejor, directamente una película de Mario Moreno Cantinflas. |
En el campo profesional fue gestor administrativo, director de personal del cátering de la empresa Intursa en Barajas, oficial primero de notaria y se jubiló como abogado en Becerreá.
Además de su pasión por los toros y el boxeo, presidió la tuna de Derecho en Santiago, pasaba dos o tres días seguidos sin dormir y los recuperaba con otros tantos sin levantarse, fue bastante mujeriego hasta que conoció a la que lo llevó al altar, dice que fue buen estudiante, con buena memoria e inteligencia, "pero agora xa as perdín". Mito (de Zósimito) hubiese cerrado su etapa estudiantil con un expediente brillante si no fuese por las dos leches que le dio a un cura y a un cátedro, borrones que le causaron sendas expulsiones de los Maristas de Lugo y de la facultad en Compostela.
Este hijo del notario Orol aprendió el arte de Cúchares en la finca salmantina de los Tabernero, provincia donde su progenitor ejerció durante un tiempo de registrador. Comenzó frecuentando la finca y dando de comer a los toros con el mayoral. "Faciamolo 'a pecho descubierto' porque comían da miña man, por eso non lles tiña medo". Comenzó a dar los primeros pases con permiso de los ganaderos y con muletas y capote de los de verdad.
El Cordobés y el vasco.
De casta le viene a toro, porque su padre, cuando tenía la notaría en la capital lucense, fue el promotor de una corrida en Lugo, en la que toreó Zósimo. También toreó en Galapagar, donde conoció a Antonio Bienvenida, a Domingo Ortega, al Viti y a otros. Ortega fue el preferido de Mito, y Bienvenida toreó en la ciudad de la muralla traído por su padre. "Con el e co seu irmán Juan fun a Chinchón a praza do pobo e dei uns capotazos. Con el boxeador Urtain, su principal amigo en el mundo del boxeo (la segunda de sus aficiones), fue a un pueblo de Zamora a torear y se puso delante de uno de 600 kilos. «Outro amigo que estaba por alí quitoume e o touro non me colleu de casualidade», recuerda. La sesión taurina remató invitando a comer al púgil y a su madre.
No tuvo tanta suerte en Oviedo, cuando un toro le metió un asta en la boca y le dejó la marca. Era una novillada organizada por sus compañeros de la Facultad de Derecho, en la que Zósimo ejerció de matador. «Cortei as banderillas para poñelas pequenas, e cando lle fun dar o pase ao quiebro colleume a vaquilla e rompeume toda a boca».
Toreó varias veces en la finca de un amigo de Guadarrama, "Un día que tomara algún viño demaís quedeime alí na finca e viñeron 30 ou 40 toros, eu boteime ao chan fíxenme o dormido e os toros ulironme pero como non me movía, pasaron de mín e fóronse"
Como boxeador combatió en Monforte tres veces, dos en Lugo y una en Santiago, pero en la ciudad del cabe le rompieron la nariz y se tuvo que operar. «Nunha ocasión estaba con Urtain, que discutía cun tío porque o insultou, e cando lle ía pegar un puñetazo agarreime ao seu brazo para tratar de impedilo e alá fomos eu e máis o tío». Cuenta otras anécdotas del desaparecido deportista vasco. «Urtain era un mal boxeador pero unha persoa marabillosa», señala, y a continuación desvela que tenía una hermana que le gustaba a Galleguito, un novillero de Baralla muy bueno.
Ejerció la afición taurina y boxistica durante cerca de una dácada, pero no de forma seguida. Entre sarao y sarao también estudiaba, sobre todo por la noche. Un día, en clase de derecho se iba a sentar al lado de una compañera pero el catedrático le llamó la atención y acabó echándolo. Él le dio un puñetazo antes de marcharse y lo expulsaron de la USC, de modo que remató la carrera en Oviedo.
Ya tenía otro precedente en los Maristas de Lugo, cuando le devolvió a un cura la bofetada que le había dado el profesor antes. Los dos eran fuertes y con el tiempo acabaron siendo amigos.
Zósimo Orol Fraga 82 años Aventurero y abogado jubilado La antigua fuente de piedra de Becerreá que mana agua clara como sus ideas.
UN SER PECULIAR. Tirando para adelante, más que golfo.
Nació en Baralla pero cuando tenía dos años la familia se tuvo que ir al municipio vecino de Becerreá por que al padre le trasladaron la notaría. Aquí tuvo su residencia fija hasta que a los 18 años se fue a estudiar a la universidad y comenzó su etapa más farandulera. "Eu non era golfo, o que pasa que era moi tirado para adiante e andaba a tortas corenta veces. Iso sí, sempre defendía aos máis pequenos ou débiles, coma o bo da película"
Reconoce que sus hermanos fueron muy sensatos, como lo son sus hijos, que conocen sus andanzas de juventud pero no se las recriminan.