Fuente: El Progreso (22/05/2008)
Una familia de Becerreá mantiene el volumen en su poder desde 1809, cuando fue tomado durante la resistencia contra los galos
El volumen recoge los avatares del destacamento en el que el capitán Gerard ejercía como cronista a las órdenes de varios generales
El militar cubre con sus anotaciones un período que arranca en febrero de 1807 y concluye el 6 de mayo de 1808 en Madrid
El ejemplar fue requisado por ‘O terror dos gabachos’, un combatiente becerrense signiicado por su oposición a las tropas francesas
La Historia jugó a los dados con frecuencia para dictar el caprichoso camino que llega hasta hoy.
Los números coincidieron una vez en Becerreá en 1809. A lomos de la Guerra de la Independencia, un destacamento francés acampó en otoño en la zona del antiguo puente de Cruzul, que salvaba el cauce del mismo nombre y que hoy se encuentra a los pies de la A-6 a su entrada en Lugo. La lucha antifrancesa autorizada por la superioridad militar en Galicia provocó la movilización de parroquianos sin más pericia que el empleo de la azada o la hoz para combatir a los invasores con armas blancas o de fuego.
Los escaramuzas entre vecinos y franceses fueron continuas durante meses. Mientras unos expoliaban en las aldeas para acopiar víveres y compañía femenina, otros cobraban piezas de los militares, en vidas o en material de batalla. El intercambio terminó con la expulsión de los franceses que resistieron al mal tiempo de la comarca de A Montaña, con copiosas nevadas, y a la rebelión vecinal y la incautación de abundante material por parte de los becerrenses: unas dos mil piezas de instrumental bélico y un diario de batalla de un período pródigo en confrontaciones y de relevancia histórica.
En apenas cuatro años, el material de guerra (fusiles, chafarotes y cuchillos) pudo caer en desuso, apagada la revuelta contra los galos con el regreso al trono de Fernando VII en lugar de José
Bonaparte, el hermanísimo de Napoleón. El diario pasó de una generación a otra entre los Fernández, descendientes de Gabriel Fernández, uno de los combatientes que se significó por su feroz resistencia contra los invasores, lo que le granjeó el favor popular bajo el apodo de ‘O terror dos gabachos’. Son 126 páginas manuscritas que recogen los pormenores de una campaña que arranca en febrero de 1807 y concluye el 6 de mayo de 1808. La pluma del capitán Gerard, cronista de un pelotón que arranca en Burdeos el paseo que releja el diario para acabar en un Madrid turbulento que arde y muere contra las imposiciones del momento, desglosa rengas y estrategias, órdenes de ejecución tras consejos de guerra y noticias oficiales sobre las campañas napoleónicas por el continente. Hay pasajes también referentes a Galicia y a Lugo, donde fue cobrado como botín militar quizás de manos de un compañero del propio Gerard.
Por herencia familiar llegó hasta hoy, por lo que no se trata de un hallazgo en toda regla, aunque haya permanecido oculto durante dos siglos. Pero sale ahora a la luz aparentemente de un modo casual. El fin del ostracismo lo promueven José Luis Gárfer y Concha Fernández, dos profesores aincados en Madrid, pero con raíz lucense, que acuden a Becerreá
para completar la labor de campo para el 'Adiviñanceiro Popular Galego'. Gárfer y su esposa visitan el lugar de Vilar de Ousón para entrevistarse con Fernando Gabriel Fernández y Fernández, un profesor nativo del lugar. «Charlamos
de cosas relativas a la tradición y las adivinanzas y surgió esto», explica Gárfer.
TRASCENDENCIA.
Gabriel Fernández desempolvó el volumen que con celo han guardado sus familiares durante los dos últimos siglos. El libro se encontraba en buen estado, pese al paso de los años. «Fue una sorpresa», confiesa el profesor Gárfer, que valoró en un primer momento el descubrimiento por el «momento histórico» al que pertenece, de actualidad por el bicentenario del mayo que retrató para la posteridad Goya, y por la trascendencia en sí del manuscrito: «Se trata de una pieza que puede añadir un nuevo capítulo a la historia que conocemos de la Guerra de la independencia de España. Por su temática, por la profusión de información y por la relevancia del momento, se trata de una obra a tener en consideración».
Las líneas del manuscrito se encuentran salpicadas por referencias al genio militar corso que pretendió devolver a Francia del siglo XVII y con las firmas de los generales que ejecutaban en el campo de batalla las consignas de división para el triunfo de Napoleón. «Hay firmas de los generales Sabatier, Bessaire, Lavibraire. Son rúbricas que vienen a autentificar lo que escribía Gerard, una costumbre habitual en aquel período», asegura Gárfer.
En manos de Gabriel Fernández permanece además un documento del marqués de La Romana, capitán general de Galicia en 1809, mediante el que éste autorizaba el reclutamiento de personas entre 16 y 40 años para la formación de grupos de resistencia. «Demandaba que fuesen aptas para el manejo de armas», indica el descubridor del diario del capitán Gerard respecto al edicto del mal llamado ‘marqués de las Romerías’, por su afición por la vida disoluta. En conjunto se trata de un eslabón que engarza en la cadena histórica de la última gran sublevación nacional contra un poder extranjero, un vademécum de «calado histórico», según su descubridor, que puede arrojar luz sobre un momento trascendental.
La Embajada de Francia se interesa por el libro
Varias instituciones públicas y alguna iniciativa privada han mostrado su interés para adquirir el manuscrito. Así lo asegura José Luis Gárfer, que afirma que «una prestigiosa sala de subastas» se encuentra entre los pretendientes para hacerse en propiedad con el texto escrito por el capitán Gerard durante el período comprendido entre febrero de 1807 y mayo de 1808. Entre las instituciones públicas, las madrileñas han tomado partido para engrosar sus archivos con este volumen. Por el momento no hay movimientos avanzados en este sentido.
Conservación del ejemplar
El libro se mantiene en «perfecto estado», según Gárfer, pese al paso del tiempo. Actualmente, esta obra realizada en cuatrillas de formato de 25x18 centímetros se conserva encuadernada para su mejor conservación. El cuidado de la familia Fernández, desde que ‘O terror dos gabachos’ requisó la obra en Cruzul, ha permitido que el manuscrito sea «perfectamente legible», como destaca Gárfer, que recuerda que el desarraigo por el pasado impidió mantener cartillas militares o prendas obtenidas durante la misma época.
Fuente: El Pais (05/06/2008)
Becerreá, 'O terror dos gabachos'
La aparición del diario de un capitán francés rememora la guerrilla de 1808 en Lugo
"Es toda una joya de la Guerra de la Independencia", sentencia el investigador madrileño José Luís Gárfer. La joya oculta hasta ahora es el diario del capitán Gerard, un cronista de guerra del ejército francés que Napoleón había enviado a España para derrocar al monarca absolutista Fernando VII e instaurar en el trono español a su hermano José Bonaparte. El diario acabó en manos de guerrilleros del municipio lucense de Becerreá, donde ha aparecido ahora después de dos siglos en el olvido.
El texto manuscrito por Gerard -que recoge en 126 páginas los sucesos diarios del periodo comprendido entre febrero de 1807 y el 6 de mayo de 1808- lo guardó con celo a lo largo de estos 200 años una familia de Vilar de Ousón (Becerreá), donde un retén de refuerzo del ejército francés, que pretendía transportar armas a un contingente destacado en Astorga (León), tuvo que instalarse por la imposibilidad de superar las cumbres nevadas de esta zona de la alta mañana lucense. Los soldados de Napoleón acabaron derrotados por los guerrilleros locales, que se sublevaron hartos de asistir al saqueo permanente de sus víveres. Con todo, los vecinos que combatieron en el puente de Cruzul también obedecían con su levantamiento a un edicto del capitán general de Galicia, el Marqués de la Romana, que llamaba a la movilización contra el invasor cuyo original conserva en su poder la misma persona que es propietaria del manuscrito de guerra de Gerard, el profesor de Becerreá Fernando Gabriel Fernández y Fernández.
Para encontrar a quien se hizo con el botín francés en esta familia hay que remontarse a ocho generaciones atrás, aunque está perfectamente identificado y causalmente también se llamaba Gabriel Fernández, más conocido como O terror dos gabachos. Su casa de A Penela aún se mantiene en pie y habitada en Vilar de Ousón, aunque ya no existe el espacio subterráneo -de unos tres metros de largo y 70 centímetros de profundidad- que utilizaba la familia para esconder la carne a los franceses y, más tarde, a los carlistas. El "agujero", como así lo denomina y conoció Fernando Gabriel, estaba tapado y sobre él se depositaba leña para disimular su existencia.
En la refriega con los franceses, los lugareños -unos 4.000- se apoderaron de gran cantidad de armas, hasta el punto de que los desagües de los fregaderos de buena parte de las casas de Becerreá se construyeroron con caños de fusil francés. Así ocurría, por ejemplo, en la casa del propietario del manuscrito, hasta que hace años se cambió la cocina.
Las evidencias del levantamiento popular contra el retén francés de Napoleón en Becerréa son numerosas; de hecho, existió -entre 1960 y 1980- el bar Chafarotes, que tomó esta denominación de los sables anchos usados entonces por los franceses, que sirvieron para decorar las paredes del local.
Con todo, lo más importante de todo lo requisado lo constituye el diario del capitán Gerard. "Hemos de tener en cuenta que no es el diario de un soldado raso, sino que es un diario oficial siguiendo la costumbre de los ejércitos napoleónicos de llevar un cronista", apunta José Luis Gárfer, que se topó con el manuscrito por casualidad, mientras buscaba en Becerreá material para un libro sobre adivinanzas populares. En el texto del capitán aparecen órdenes diarias de táctica militar y, sobre todo, arengas, como una en la que se invita a los soldados a comportarse con la "disciplina característica" ante la "inminente llegada" del emperador.
Desde la embajada francesa en España, pasando por la Fundación 2 mayo o el Archivo Histórico Militar, son multitud las instituciones que se han interesado por hacerse con el diario. Pero su propietario prefiere que se quede en Galicia y está en contactos con la Real Academia de la Historia y la Diputación Provincial de Lugo. Mientras tanto, el investigador Gárfer espera que se complete el trabajo de campo para detallar las andanzas del capitán Gerard y espera que el diario se traduzca al gallego y castellano. Pero también hace una invitación para impulsar un acontecimiento en el que se rememoren "los acosos guerrilleiros a los gabachos", al estilo de lo que es la Festa da Istoria que evoca la presencia judía en Ribadavia o la evocación de la batalla de Elviña, en A Coruña.