Fuente: La Voz de Galicia (Fernanda Follana 24/05/2009)
Becerreá ha escrito su historia en torno a la carretera N-VI, y los tres puentes con los que los distintos trazados de la vía Madrid-A Coruña han salvado el río Cruzul permanecen hoy como testigos del paso del tiempo y símbolo de distintas épocas para la villa. |
Es una historia que define un carácter: Becerreá ha sido siempre lugar de paso en la conexión de Galicia con la Meseta. Lo fue durante los últimos dos siglos, desde que el monarca Carlos III crease los caminos reales, antecedentes de las seis carreteras nacionales, y lo había sido antes, enclavada en la vía XIX romana, que conectaba Braga con Lugo.
Al contrario del «síndrome de la isla», que describe la sensación de aislamiento que viven algunos habitantes insulares, «el síndrome nacional sexta» podría definir la percepción de los becerrenses de estar muy bien comunicados, tradicionalmente enclave casi obligado en la principal entrada a Galicia y con una salida rápida hacia poblaciones importantes como Madrid, Ponferrada, Lugo o A Coruña.
Los tres viaductos que atraviesan el río Cruzul han resuelto las dificultades orográficas que presenta la montaña lucense con los medios existentes en los tiempos de su construcción, figurando como obras punteras de la ingeniería de a nivel nacional. Han sido también, cada uno en su época correspondiente, símbolo de modernidad para el municipio.
Desde la localidad de Vilar de Ousón en el valle del río Cruzul, que en sus tramos iniciales recibe el nombre de Narón, puede contemplarse una panorámica de los tres puentes que forman con el paisaje ancarés una composición armónica de naturaleza y progreso.
El primero cruza el río a la altura de la localidad de Cruzul, a unos dos kilómetros de Becerreá. De estilo neoclásico, fue construido por el arquitecto francés Carlos Lemaur en 1775 y soportó el tráfico de la Nacional Sexta más antigua durante dos siglos, hasta mediados los pasados años ochenta. Fue producto del afán de Carlos III por impulsar la modernización de las vías españolas creando los caminos reales que darían paso en el siglo XIX a las carreteras nacionales.
El puente viejo de Cruzul presenció un episodio de la resistencia de los vecinos de la comarca contra las tropas francesas en el año 1809, y también la llegada de la reina Isabel II a Galicia. | |
El más emblemático
Unos cien metros río abajo, también en la localidad de Cruzul, se levanta el segundo de los puentes. Es el más emblemático del conjunto de viaductos de la moderna Nacional VI a su paso por la comarca, que supusieron en 1985 un giro copernicano en las comunicaciones de Galicia con la Meseta. | |
La nueva carretera trajo al Concello de Becerreá el importante proceso de modernización que vivió el país durante los primeros años de la democracia.
El más reciente
Por último, el viaducto del Narón es el de construcción más reciente. Cruza el mismo río Cruzul un kilómetro más abajo un poco antes de que éste vierta sus aguas en el Navia.
Con su diseño en arco es el más espectacular y representativo de los trece viaductos y dos túneles de la autovía A-6 que convirtieron el tramo Becerreá-Pedrafita en el más caro de la red viaria española, con un presupuesto entonces que alcanzó los 31.000 millones de las antiguas pesetas. | |
La apertura de la autovía en el año 2001 desvió el tráfico del casco urbano de la villa y el más moderno viaducto del Cruzul o Narón, supuso como sus predecesores un punto de inflexión en el desarrollo socioeconómico de este municipio de la comarca ancaresa.