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Fuente: La Voz de Galicia (09/01/2014) El bar Eslavín de Becerreá, situado en la carretera nacional, cerró sus puertas el pasado domingo después de unos ochenta años, según nos informa mi amiga Fernanda Follana. A lo largo de este tiempo funcionó como bar, restaurante e incluso venta de tabacos, y fue de siempre parada del coche de línea. Se trata de uno de los dos bares históricos que quedan en la capital ancaresa, junto con el Villamane, sin que pueda precisarse cuál de los dos tiene mayor antigüedad. |
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